Además de proporcionar nutrientes esenciales para el cuerpo al comenzar el día, un desayuno adecuado también es importante para prevenir el síndrome del colon irritable. Para lograrlo, los expertos recomiendan evitar el consumo de alimentos con Fodmap (fructo-oligo-di-y monosacáridos y azúcares polialcoholes fermentables) durante esta primera comida. Para cuidar el cuerpo y combatir el síndrome del colon irritable, se aconseja llevar hábitos de vida saludables y tener cuidado con la alimentación, evitando alimentos como el centeno, las legumbres, la leche de vaca, cabra y oveja, así como sus derivados, algunos frutas y verduras como las manzanas, el repollo, la pera o el mango, las carnes procesadas, las mermeladas y la miel.
¿Cuál es la mejor dieta para el colon irritable?
Es importante tener en cuenta que las causas del síndrome del intestino irritable son diversas y, en muchos casos, desconocidas, lo que significa que lo que funciona para una persona no puede ser efectivo para otra. Según la Fundación Española del Aparato Digestivo, una dieta equilibrada es en general la mejor opción para todas las personas con este síndrome, aunque los consejos deben ser personalizados.
Por lo tanto, es recomendable que cada individuo explore e investigue los alimentos que le causan malestar, aunque hay ciertas “pautas” que se sabe que pueden funcionar en todos los casos, como las que se detallan a continuación.
Si no se ha diagnosticado ninguna intolerancia alimentaria específica, los especialistas han observado que, en general:
Eliminar el alcohol de la dieta puede ayudar. Además, es importante beber suficiente agua (entre 1,5 y 2 litros al día) y comer pequeñas cantidades de alimentos distribuidos en al menos cinco comidas al día. Si aún así se encuentra experimentando molestias, es posible que sea beneficioso tener en cuenta ciertos detalles que se ha descubierto que pueden influir significativamente en el control de esta afección en los últimos tiempos.
Es recomendable evitar ciertas frutas, ya que aunque no está claro si la fructosa está directamente relacionada con el síndrome del intestino irritable, se sabe que cuando no se absorbe correctamente, se acumula en el intestino grueso y fermenta rápidamente, lo que puede provocar dolor abdominal , diarrea y gases. Lo mismo ocurre con el sorbitol.
Entre las frutas más ricas en fructosa o sorbitol se encuentran los albaricoques, arándanos, cerezas, fresas, frambuesas, melocotones, manzanas, melones, naranjas, peras y uvas. Por lo tanto, es recomendable tener en cuenta estas frutas y reducir su consumo si se experimentan síntomas de intestino irritable.
Es importante tener en cuenta que la fructosa, que es el azúcar presente en las frutas y verduras, también se utiliza como edulcorante en muchos productos. De manera similar, el sorbitol, que también se encuentra en las frutas, se utiliza como edulcorante en algunos productos. Por lo tanto, es posible que los productos “light” o bajos en azúcar que contengan fructosa o sorbitol (que se puede encontrar en la etiqueta como E-420) puedan provocar síntomas en personas con SII.
Por esta razón, es recomendable hacer una prueba para saber si estos productos son bien tolerados o no. Si se experimentan síntomas después de consumir alimentos con fructosa o sorbitol, es importante evitarlos en la medida de lo posible.
Cuando el SII provoca estreñimiento (aunque también pueden haber fases de diarrea), es común pensar que los alimentos ricos en fibra pueden ser beneficiosos. Sin embargo, es importante tomarlos de la manera correcta.
No se debe consumir fibra solo en momentos de “crisis” de estreñimiento, ya que aumentar repentinamente la ingesta de fibra puede empeorar los síntomas. Lo adecuado es introducir la fibra de manera progresiva en la dieta y consumirla de manera habitual, sin esperar a sufrir estas alteraciones intestinales.
Leche y colon irritable
La intolerancia a la lactosa es un trastorno del azúcar que afecta a las personas y se caracteriza por la mucha incapacidad de digerir correctamente el de la leche. Pero en el caso del síndrome del intestino irritable, se ha visto que más del 30% de las personas que lo padecen también tienen dificultades para tolerar la lactosa. Por ello, es importante que las personas con SII presten atención a su consumo de lactosa y consideren limitar o eliminar su ingesta.
Cabe destacar que la lactosa se encuentra no solo en la leche de los mamíferos, sino también en muchos alimentos preparados. Por lo tanto, es necesario leer detenidamente las etiquetas de los productos y evitar aquellos que contengan ingredientes como mono hidrato de lactosa, suero lácteo, cuajo, cuajada y grasas de la leche.
En lugar de lácteos, se pueden optar por bebidas vegetales similares a las de almendra, arroz, soja, avena o quinoa, que tienen un sabor y textura a la leche. También existen productos lácteos sin lactosa que se pueden consumir sin problemas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que algunos alimentos etiquetados como “sin lactosa” pueden contener pequeñas cantidades de lactosa, por lo que es recomendable leer cuidadosamente las etiquetas.
Es importante tener precaución con los chocolates y los helados, ya que muchos contienen lactosa. Se recomienda optar por chocolates negros y helados de hielo para evitar problemas de intolerancia. En definitiva, es importante prestar atención a la lactosa en la dieta para evitar los síntomas del SII y mejorar la calidad de vida.
Los probióticos, ¿pueden reducir los síntomas del colon irritable?
Recientes investigaciones han puesto de manifiesto que los probióticos pueden ser una herramienta eficaz para el manejo de los síntomas del Síndrome del Colon Irritable (SCI), especialmente si padece diarreas asociadas a este trastorno. Los probióticos son microorganismos vivos que repueblan la flora intestinal y se pueden encontrar en una amplia variedad de alimentos.
Una buena fuente de probióticos son los productos lácteos fermentados, como el yogur, el queso y el kéfir. Sin embargo, si eres intolerante a la lactosa, es posible que debas buscar otras opciones. Por suerte, existen alimentos fermentados que no contienen lactosa, como el chucrut (col fermentada), el kimchi (verduras fermentadas) o los derivados de la soja como el tofu, el yogur, el miso y el tempeh.
Es importante destacar que la calidad y cantidad de los probióticos en los alimentos varían ampliamente. Por lo tanto, si estás interesado en incorporar probióticos a tu dieta, es recomendable elegir productos que contengan cepas específicas y concentraciones adecuadas. Además, los suplementos probióticos pueden ser una opción práctica para asegurarte de que estás recibiendo una cantidad suficiente de trasplantes para tu salud intestinal.
La vitamina D y el síndrome del colon irritable
La vitamina D es un nutriente esencial para la salud ósea, pero también se ha investigado su relación con otros trastornos, incluido el síndrome de colon irritable (SII). Aunque se necesita más investigación, algunos estudios sugieren que la vitamina D podría tener un papel importante en el control de los síntomas del SII.
Un estudio reciente de la Universidad de Sheffield (Reino Unido) encontró que algunas personas con SII experimentaron mejoras después de tomar suplementos de vitamina D. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no se recomienda tomar suplementos sin la recomendación de un médico.
En lugar de tomar suplementos, se puede tratar de aumentar la ingesta de alimentos ricos en vitamina D, como los huevos, el pescado azul y la leche fortificada con esta vitamina. También se puede obtener vitamina D a través de la exposición al sol, aunque es importante tomar medidas de protección solar adecuadas para evitar los efectos nocivos de los rayos UV.
No tengas una dieta pobre en nutrientes
Se ha descubierto que, en algunos casos, seguir una dieta FODMAP puede ser beneficiosa para reducir los síntomas del síndrome de colon irritable. Esta dieta implica eliminar ciertos alimentos que contienen hidratos de carbono de cadena corta, que pueden fermentar antes de ser digeridos, lo que provoca la producción de gas y el empeoramiento de los síntomas.
Entre los alimentos que se deben evitar en una dieta FODMAP se incluyen el trigo, el centeno, la cebolla, el ajo, las legumbres y muchos otros alimentos que contienen estos tipos de hidratos de carbono. Es importante destacar que no se debe tomar la decisión de eliminar estos alimentos por cuenta propia, ya que puede tener consecuencias negativas para la salud y el bienestar. Lo mejor es consultar con un médico o un dietista para que te guíen en la elaboración de una dieta adecuada.
El objetivo de una dieta FODMAP no es eliminar permanentemente estos alimentos de la dieta, sino identificar aquellos que causan los síntomas del SII y luego reintroducirlos en la dieta de forma controlada. Un médico o un dietista pueden ayudar a hacer esto de manera segura y efectiva. Es importante tener en cuenta que, aunque una dieta FODMAP puede ser útil para algunas personas con SII, no es la solución para todos. Cada persona es única y es importante trabajar con un profesional de la salud para encontrar la mejor solución para ti.
Como ha podido comprobar, los alimentos pueden desencadenar diferentes síntomas del Síndrome del Colon Irritable. En muchos casos, puede haber varios alimentos que te sientan mal y, por tanto, es necesario eliminarlos de la dieta. Sin embargo, es importante tener precaución al hacerlo para evitar una dieta poco saludable y desequilibrada.
Si te encuentras en esta situación, es fundamental que solicites la ayuda de un profesional. Tu gastroenterólogo y un dietista pueden ser de gran ayuda para identificar los alimentos que te sientan mal y diseñar un plan de alimentación adecuado a tus necesidades.
Es importante tener en cuenta que una dieta restrictiva excesiva puede llevar a deficiencias nutricionales ya una reducción de la calidad de vida. Por ello, es fundamental contar con el asesoramiento de un profesional para garantizar que tu alimentación sea saludable, equilibrada y adaptada a tus necesidades individuales.